A pocos días de comenzar la vendimia o ya comenzada en algunos casos, la situación en las diferentes zonas vitivinícolas de Galicia es muy poco habitual, debido al largo verano que hemos tenido y a las inusuales condiciones meteorológicas de este año 2016. Como tónica general en todas las denominaciones de origen la acidez está muy alta y se quemó mucho málico, pero el grado también porque los racimos maduran por deshidratación y en las comarcas más cálidas de Ourense, por ejemplo, la viña se está bloqueando y agostando. Esto desequilibra internamente a la uva en sus componentes principales e influye directamente en el futuro vino.
Haremos un pequeño repaso de la cosecha 2016 según las zonas, en las que según las condiciones, ha habido más o menos incidencias:
- En el Rosal, D.O. Rías Baixas, la cantidad de producción es aproximadamente como la del año pasado. Quizás menos en el Condado y Salnés. La maduración se produce en unas fechas habituales, ligeramente más atrasada que el 2015. La incidencia del mildiu ha sido muy fuerte sobre todo en mayo y afectó muy directamente al Condado. Podemos observar también un corrimiento de racimo en algunas variedades como el Caíño y floración irregular en algunas zonas, con racimos no completos. La uva está bastante deshidratada, por lo que su tamaño es pequeño. El granizo fue puntual y solo afectó a alguna parcela concreta. Dadas las condiciones actuales, hay bastante incidencia de mosquito verde, que debilita la hoja y puede afectar a la estructura de la viña.
- En las zonas que granizó muy fuerte, como Córgomo y Rubiá (Ourense) en la D.O. Valdeorras, es donde más producción se perdió. La uva está atrasada, con respecto al año pasado, y muy pequeña y deshidratada, con lo que previsiblemente va a tener muy poco peso. Se calcula ya que hay bastante menos cantidad que en 2015- estiman un 50%- principalmente, por el mildiu que arrasó muchos viñedos de godello de la zona.
- En la D.O. Ribeiro la uva, al igual que en la mayoría de denominaciones de origen, la uva está muy desigual y deshidratada.
- En Ribeira Sacra, arrasó el Mildiu, una enfermedad causada por un hongo en viñas blancas y tintas, y la zona de Doade y la ribera del Sil, el pedrisco del pasado julio destruyó lo poco que quedaba. En algunas zonas se estima una pérdida del 80%. Un terrible impacto económico en estas tierras , que pasará buena factura a los viticultores.
- En Monterrei destaca el daño causado también por el mildiu y el estrés hídrico, debido a la falta de lluvias.
En las próximas semanas veremos en detalle qué pasa exactamente con cada zona. El sector cruza los dedos para que las lluvias que llegan no sean demasiado fuertes, en el poco tiempo que queda hasta la vendimia. Mientras tanto, ¿cómo han llegado a septiembre vuestras viñas?