Mi apuesta, y la de tantos, por sacar al mercado un vino rosado de Rías Baixas responde a un trabajo de años paralizado por la burocracia o, lo que es lo mismo, por una reglamentación rígida de la denominación de origen. Por ello, no podemos menos que considerar como una grandísima noticia la publicación en el Diario Oficial de Galicia (DOG) de que los rosados de Ribeira Sacra quedarán también bajo el amparo de este sello.
Puede pensarse que lo único que pretendemos es engancharnos al carro del tirón que están teniendo estos vinos en cuanto a un consumo al alza y lo cierto es que sería una pena desaprovechar la tendencia, pero es que además, cabe recordar que ya en los años 90, cuando se puso en marcha la D.O. Ribeira Sacra, se elaboraban en la zona rosados con la variedad mencía, uniéndose en los últimos años la experimentación con brancellao y merenzao. A mayores, no deberíamos olvidar que así como las Rías Baixas tampoco eran una zona tradicional de espumosos, por mucho que nos digan lo contrario, la realidad está demostrando que se están sacando y vendiendo bien. Y lo mismo sucede en otras denominaciones.
Es un hecho que el consumo mundial de rosados va en aumento a un ritmo imparable y es una tendencia que también crece en los restaurantes, tiendas especializadas y en países que se incorporan al consumo de vino. Nuestro reto consiste en realizar elaboraciones de calidad y creo firmemente que con las variedades tintas gallegas podemos adaptarnos a nuevas técnicas de elaboración de rosados, que los podrían hacer más atractivos para jóvenes consumidores, gastronomías diversas o armonías vanguardistas. Ya se están consiguiendo buenos ejemplos con uvas Caíño Tinto, Castañal, Espadeiro, Mencía, Merenzao y Sousón.
La novedad radica ahora en que parece que en Galicia van superándose los recelos de muchos expertos hacia la apuesta por los vinos rosados. Además del paso adelante que ha dado la D.O. Ribeira Sacra, otra muestra de que estamos asistiendo a un cambio de mentalidad es la Estación de Viticultura e Enoloxía de Galicia (Evega), dependiente de la Consellería de Medio Rural, organizó el pasado mes de julio catas de variades autóctonas para elaborar vinos rosados. En las degustaciones participaron expertos de cinco denominaciones de origen gallegas.
¿Queremos seguir a espaldas de lo que nos piden los consumidores? ¿Podría ser un canal de entrada a un perfil de público más joven? ¿Nos cuesta adaptarnos a las nuevas tendencias? Muchas preguntas y por el momento pocas respuestas. Eso sí, somos muchos los que apostamos por innovar, siempre con la calidad como bandera.
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