Del 17 al 19 de marzo se celebró en Düsseldorf, Alemania, Prowein. Una de las citas más importantes del año ha contado, como era de esperar, con la visita de productores, importadores, agentes y otros profesionales del sector del vino de todo el mundo. Y es que esta feria está marcada en rojo en muchos calendarios, incluyendo los de los asiáticos, que acuden a Alemania para entrar en contacto con lo último. Esta edición, además, Prowein cumplió 25 años, un aniversario que demuestra el interés de la cita a lo largo del tiempo y el éxito consolidado.
De todo lo visto en la feria, me quedo con la presentación de Tim Atkin, MW especializado en Chile y Sudáfrica. En una muy interesante exposición hizo un profundo repaso por los vinos más representativos del país latinoamericano, las características especiales que los hacen diferentes y las ventajas que tienen en producción para posterior su vinificación.
Oregón fue también una grata sorpresa, que contó con un reciente Master of Wine ,encargado de liderar la cata.Esta parte de USA es muy similar a Galicia en cuanto a vegetación, verde y frondosa, y cuenta con mucha altitud. Incluso trabajan la variedad Albariño.
Tuve además la oportunidad de asistir a la cata por los Shiraz australianos, un gran recorrido por vinos en los que se percibe la diversidad de suelos
Como no podía ser de otra manera, en Prowein estaban presentes grandes vinos gallegos entre los que presentaban sus novedades un grupo de pequeños “colleiteiros”,que contaban con stand propio. Como es natural, tienen mucho interés en ampliar su mercado hacia un entorno internacional, que les permita crecer en producción y generar más margen en sus marcas. Desde mi punto de vista, estaban en el sitio correcto.
Por último y como reflexión final, me gustaría destacar ese carácter especial de los italianos, que incluso en el trabajo buscan espacios para la dolce vita. Su pasión por la comida y los vinos es más que famosa y eso incluye el trabajo en la viña y en la bodega. Porque no todo es sufrir y trabajar…. Disfrutemos y brindemos. ¿No creéis?